El "Mellizo" Guillermo Barros Schelotto, jugó su último partido con la camiseta de Boca Juniors y se perfila como una de las figuras historicas del club "xeneize".
Luis Lena Abarca.
Un marcador injusto para Boca Juniors consiguió River Plate en el estadio la “Bombonera”. Un empate 1-1 fue el resultado final en el súper clásico argentino que claramente cada año va convirtiéndose en un show para el turismo trasandino, que con esto a transformado este gran encuentro deportivo en la gran vitrina para atraer a personas extranjeras, en las cuales registran los europeos como principales consumidores del balompié argentino.
En lo futbolístico el equipo “xeneize” fue claro dominador todo el encuentro y su principal artillero, Martín Palermo, se llenaba de oportunidades para definir el partido con un abultado marcador, pero siempre hay un villano en todo y es así como el arquero “millonario”, Juan Pablo Carrizo, salvó los 3 palos como guardián de algún tesoro.
Un dicho muy bueno que ocupan las barras de los clubes argentinos es, “pongan huevos”, obviamente un sinónimo de mojar la camiseta y jugar con sentimiento. Una excelente manera de hacer saber a los jugadores todo el sacrificio qué se hace por llegar a la cancha cada fin de semana. La pasión que desatan estos dos equipos es infinita, la gente de Boca Juniors repletó cada asiento disponible, mientras que los simpatizantes de River estaban en el tercer piso del estadio alentado a lo lejos, esto no por ser menos, sino por la simple razón que el equipo local da una pequeña suma de entradas a la visita, para así tener supremacía numérica.
En conclusión, una excelente jornada de campeonato se vivió en el país vecino, una tarde de domingo qué estuvo cargada como siempre a lo deportivo, donde un color de camiseta es capaz de diferenciar a cualquier persona, pero que en el fondo a todos los une la misma pasión, un simple balón.
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