Los jugadores sufrieron el efecto de la bombas lacrimógenas en la cancha, pero no se entregaron a la presión.
Luis Lena Abarca.
El fútbol, un deporte de gran connotación a nivel mundial y nacional es cada vez más desafortunado para la gente qué va a presenciar un buen espectáculo. Lamentables son los hechos qué barristas indignados se arman de corazón y piedras para destruir todo lo qué este delante de ellos, especialmente los señores de verde qué sin pensar mucho prefieren la fuerza ante la razón.
Los hechos qué sucedieron en el recinto de Pedrero fueron de lamentar y todas las familias que iban sin ningún temor a ver a su club sufrieron en carne propia todo el desacierto de Blanco y Negro. Esto por autorizar la venta de entradas a $1000 la galería, lo cual fue un caos inmediato y gente molesta en algún estadio es de temer.
Es de esperar qué el estadio Monumental no sea castigado por el comportamiento de barristas y gente disgusta qué no tienen culpa alguna de lo qué estaban obteniendo. Si llegara a concretarse el castigo el equipo popular deberá hacer de local en otro estadio, lo cual es una burla para el pueblo colocolino.
En lo futbolístico Colo Colo respondió de buena manera y se llevó el partido con un contundente 3 a 1 ante un resignado Wanderers que lucha por salir del fondo de la tabla de posiciones.
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