
Pese al mal juego qué mostró la Universidad de Chile este campeonato, Mauricio Pinilla no para la jarana.
Luis Lena Abarca.
La inmadurez de Pinilla hace dudar al espectador si realmente es un profesional, ya que con los numeritos que se ha mandado, pierde de a poco el apoyo y el respeto hacia el. El regreso del jugador azul a nuestro país no pudo venir en peor momento para los de Ñuñoa, ya que con una campaña mediocre y un “farandulizado” como símbolo emblemático, los deseos de participar al menos en un torneo internacional no son más que un sueño.
En el principio de la carrera de Mauricio se decía que este llegaría lejos. Tanto así que su iniciación en Europa no fue del todo malo, si bien no era titular en ningún equipo, Pinilla mostraba porqué se merecía estar ahí. Al pasar de los años a este emblemático azul prefería la vida nocturna y beber sus copas, que su preocupación por el fútbol. Esto jugó en contra del delantero que fue marginado de cada equipo que participó y más tarde de la selección nacional.
La carrera de Mauricio Pinilla esta llegando hoy a su fin, un fin dramático y cargado de criticas. El problema del jugador con las copas de más ya se esta haciendo habitual en el y tanto es así que se fue de “puñetazos” este fin de semana con un personaje, en el cual, se dice que Pinilla estaba en estado de ebriedad y buscando problemas a estas personas.
Por el bien del delantero, es qué con humildad ratifique sus errores y salga bien parado ante su hinchada y su club que lo vio nacer, pero para surgir en el deporte un giro de 180 grados seria la mejor opción y además que la vida nocturna no es una muy buena aliada del juego.